Te resulta difícil saber cuánto tiempo ha pasado
pero tus músculos parecen haberse relajado hasta tal punto que apenas puedes
sentirlos.
Tus pensamientos también se evadieron. Estás flotando en la oscuridad y en el silencio. El agua está salada y tu mente, en blanco.
"La sensación es que no hay sensación, tu
mente se despega de tu cuerpo. No hay nada igual en el mundo", explica Gary Mossman, un joven británico de 26 años.
Cómo y por qué
puede ser bueno meditar.
Gary es tatuador de profesión y utiliza con
frecuencia los tanques de relajación, donde flota durante horas en agua
caliente en busca del "estado theta", un
estado de somnolencia o trance que espera que le ayude a ser más creativo con
sus diseños, "haciendo de su mente un lienzo en blanco y dibujando cosas
completamente originales"
Aislamiento sensorial
Las cámaras de flotación existen desde la década de
los 50 del siglo pasado.
Al principio se utilizaban para explorar y experimentar con diversos estados de conciencia. Fue el controvertido neurofísico estadounidense John C. Lilly quien estudió por primera vez en 1954 el aislamiento sensorial en cámaras de flotación para analizar la respuesta del cerebro humano a estímulos externos.
"A través del aislamiento sensorial podemos
ser una herramienta de cambio muy valiosa para el individuo
moderno", aseguran los gerentes de Ku Flotarium en su página web.
Pero, ¿en qué consisten exactamente estas cámaras
de flotación?
Relajación absoluta
El periodista de la BBC Tom Ireland decidió
comprobar por sí mismo cómo funcionan estos tratamientos.
"Voy a la deriva entre ensoñaciones y una
sensación de que estoy flotando en el cielo nocturno. Y
me resulta difícil saber si tengo los ojos abiertos o cerrados", explicó.
Ireland asegura que, cuando terminó su experiencia con un fuerte resplandor luminoso se despertó "con sueño y desorientado" y se sentía "como si le hubieran puesto boca abajo" pero admite que se habría quedado en el tanque mucho más tiempo.
"Estar flotando completamente desnudo en una
cámara de agua caliente, que parece un útero materno, es raro pero muy agradable", explicó.
El hombre que inventó la relajación
Además de ser oscuros y estar insonorizados, los
tanques de flotación contienen agua muy salada para que
los usuarios puedan flotar, incluso si se quedan dormidos.
El aire y el agua están a la temperatura exacta de
la piel, posibilitando la pérdida de toda sensación exterior.
Apenas sin poder ver, oír o sentir nada, una hora
en una cámara de flotación conduce a un profundo estado de
relajación que se asemeja a los efectos de la meditación.