Un estudio en The Journal of Strength & Conditioning Research descubrió que los deportistas que se habían lesionado los cuádriceps e isquiotibiales con entrenamientos en máquinas, tenían niveles de lactato en la sangre significativamente más bajos después de una sesión de terapia de flotación de 60 minutos que sus compañeros que se relajaban sin ellos.

No obstante, el mayor beneficio de la terapia de flotación está en la mente, que literalmente transfiere las recompensas al resto del cuerpo. Esta terapia está diseñada para combatir los efectos nocivos del estrés (que incluyen el ejercicio duro) al eliminarlos por completo y llevarnos al estado de descanso.

Un análisis de 27 estudios que incluyó a casi 450 participantes encontró que la terapia de flotación redujo los niveles del cortisol, disminuyó la presión arterial y mejoró la sensación de bienestar. Y en otro estudio del 2014 de 65 personas que sufrían estrés y/o dolor muscular, aquellos que se sometieron a 12 sesiones de flotación disminuyeron significativamente el estrés, depresión, ansiedad, informaron de menos dolor, aumentaron el optimismo y mejoraron la calidad del sueño en comparación con aquellos que no la recibieron.

También se ha demostrado que la visualización y las imágenes guiadas durante las sesiones flotantes mejoran el rendimiento en deportes como el baloncesto, el tenis y la puntería con rifle debido a los cambios en la actividad de las ondas cerebrales que ocurren con la reducción de la estimulación externa. Además, estas sesiones conducen a un sueño más profundo y de mayor calidad, que a su vez promueve el crecimiento y la recuperación muscular, tiempos de reacción más rápidos y una mejoría general. 

Por The Journal of Strength & Conditioning Research