La flotación o la flotaterapia

La terapia de flotación es una invitación a descansar, algo sumamente difícil en un ambiente caracterizado por el estrés y las responsabilidades. Esta se da en cámaras de aislamiento sensorial que contienen agua tibia y sales de magnesio, mejor conocidas como sales de Epson. La importancia de la sal es tal que en una cámara pueden concentrarse más de 350 kilos, permitiendo que el cuerpo se mantenga a flote durante cincuenta minutos, una vivencia únicamente comparable con el mismo Mar Muerto.

Antes de entrar, se toma una lucha ligera para luego ingresar a las cámaras, las cuales pueden usarse de forma abierta o cerrada. Los tapones para oído refuerzan la sensación de silencio y la leve música relaja aún más al cuerpo al momento de flotar. En el techo, luces de colores parpadean y cambian de tonalidad lo que, junto a otras propiedades, convierten a estas cabinas en una de las más modernas de todo el continente.

Los beneficios son muchos y no se limitan al flote. Las sales son un excelente relajante muscular que, al atravesar el cuerpo de forma permanente, a diferencia de los masajes focalizados, otorgan una sensación de descanso plena. Una actividad ideal para quienes sufren de estrés, practican deportes de alto rendimiento o vienen realizando tratamientos de recuperación física.

Además, la ausencia de ruido es una invitación para lidiar con nuestra angustia y permanecer en paz. Aunque no existen estudios comprobados, la terapia ha sido positiva en personas que padecen de insomnio, migraña, ansiedad o depresión. Además, como señala Jackeline, otra de las socias, es más profunda para quienes meditan. La consistencia del agua ha hecho que algunos regresen hasta el útero materno.

Flotar, un hábito de vida

En la flotación, cada experiencia es distinta. Dormido o despierto, encogido o estirado, con la cámara abierta o cerrada, el disfrute del tiempo se construye solo. Y lo mismo ocurre al volver. Si la experiencia ha sido positiva, es el cuerpo el que te llama a descansar. Así, mientras algunos clientes vuelven religiosamente cada semana, otros esperan el tiempo que consideren necesario.

Pero si es algo hay consenso es que esta terapia permite relajarse y drenar las tensiones y energías que nos agotan a diario. Fuera del agua, esto puede ser perfecto para lidiar mejor con el estrés y manejar situaciones que nos ponen a prueba. Respondiendo a la pregunta de David, podemos decir que aprendimos a flotar luego de nuestra primera visita.

Los datos

Las cámaras de flotación surgieron en los cincuenta con el fin de analizar el impacto de estímulos en el cerebro y cuerpo humano, convirtiéndose en una terapia muy popular. Solo en Estados Unidos, existen más de 300 centros de flotación.

Por Eco Float